El Parque Natural del Cap de Creus desde la mirada de su director Ponç Feliu

El Parque Natural del Cap de Creus desde la mirada de su director Ponç Feliu

  • 14/03/2021

Paisaje, historia, naturaleza, cultura, gastronomía, literatura, fauna, y flora confluyen en este paraje excepcional que es el Parque Natural del Cap de Creus, único en el mundo por su gran belleza y configuración geológica singular.

Os invitamos a dar un paseo de la mano de Ponç Feliu, biólogo, ambientólogo y director del Parque desde el 1 de noviembre de 2020, que se confiesa un gran enamorado de este lugar que define como genuino. Aquí es donde ha pasado más horas de su vida, andando, pedaleando con tramontana helada o bajo la canícula estival, en kayak, navegando, con prismáticos o haciendo esnórquel. Y es que las opciones que ofrece el Parque son infinitas.

¿Las descubrimos juntos?

Se habla mucho del magnetismo del Cap de Creus...

Sí, porque el paisaje te atrae tanto que se te come, te integra y quedas paralizado con su intensa belleza y, a la vez, con su dureza. Es una sensación que tienes, por ejemplo, cuando vas al monasterio de Sant Pere de Rodes, y ves aquella joya del románico colgada en aquel vertiente norte tan agreste, y con unas vistas espectaculares de la bahía del Port de la Selva y de la Mar de Amunt. También lo experimentas cuando vas al Faro del Cap de Creus, a Cala Culip, Cala Jugadora o al paraje de Tudela. Es una costa muy dura donde la tramontana y las fuertes corrientes marinas han hecho que aparezcan formas de erosión caprichosas y ha transformado el paisaje de una manera muy especial y muy característica.

Un Parque Natural que tiene un gran atractivo por el paisaje pero también tiene una biodiversidad marina de gran calidad.

Es un Parque que tiene tres Reservas Naturales Parciales con figuras de protección que hace que tengan un conjunto de especies de fauna y flora marina, de coralígeno, y de gorgonias, de gran interés.

A menudo cuando hablamos del Cap de Creus la gente no piensa en el fondo submarino, pero aquí hay una gran diversidad natural y también cultural que se puede ver haciendo, simplemente, esnórquel o zambulléndose con bombonas. Desde los delfines hasta las caracolas, pasando por los meros, los corballos o las rayas, la vida no se para en las aguas de la punta más oriental de la península Ibérica. También los pulpos y las sepias entre las gorgonias o el coral rojo y los nudibranquios son protagonistas de un baile de vida que refuerza la necesidad de proteger este espacio tan importante del Mediterráneo.

En la zona de aguas más abiertas puedes encontrar delfines que están todo el año o los rorcuales que se ven regularmente desde la punta del Cap de Creus. No es sencillo ver cetáceos en Cataluña y aquí es uno de los lugares donde se pueden contemplar de una forma más habitual.

También hay barcos hundidos desde el tiempo de los griegos y romanos hasta tiempos más modernos.

Se pueden encontrar alrededor de la punta del Cap de Creus, pero también hay en la punta de sa Arenella, entre Port de la Selva y Llançà, y en Cala Culip. Hay alguno de más reciente, de principios del siglo XX, en Cadaqués. Por la tramontana, por la tipología de costa, hay muchas rocas que afloran del mar y casi no se ven, y a lo largo de los años ha hecho que muchos barcos desaparecieran.

¿Cuáles son los rincones menos explorados por los visitantes?

Hay muchos rincones impresionantes llenos de menhires, dólmenes, fuentes, paredes de piedra seca y barracas de piedra seca. Se pueden hacer rutas a pie por balsas temporales que tienen mucho valor ecológico; el GR-92 , siguiendo el litoral, o el GR-11, del interior hacia la costa.

Otra buena propuesta, por ejemplo a la costa norte, es el camino que recorre una serie de masones desconocidos que han ido cayendo con el tiempo pero que conservan su identidad como por ejemplo el Mas Viejo, Mas de en Godo, Mas Puignau, o el Mas de la Escarda.

En el Cap de Creus no pensamos tanto en la fauna terrestre pero hay mucha.

Los lugares donde hay pastos y prados son muy ricos en biodiversidad. Vemos tortugas, ranas, muchos reptiles, e insectos, sobre todo en la primavera. Hay especies como el águila perdicera o el búho real que son pájaros rapaces de medida muy grande y emblemática. El búho real tiene en el Cap de Creus de las mejores densidades que se conocen, tenemos 20 parejas.

¿Cuál es la mejor época para visitar el Parque?

Me gusta mucho recomendar a la gente que venga en invierno. Además de algún día de tramontana fuerte, aquí tenemos un clima muy suave y muy agradable para ir a andar. Además, estás tranquilo y en contacto directo con la naturaleza. En la primavera, con el espectacular florecimiento que hay de plantas mediterráneas también es muy recomendable venir; tenemos aulagas, estepa negra, estepa blanca, romero, tomillo, retama... un auténtico festival de color. En otoño, merece la pena ver cómo cambian los colores. Y en verano, podemos hacer una buena remojada en cualquier de las calas que son también uno de los grandes atractivos del Cap de Creus.

Y vosotros, ¿qué momento del año escogéis para visitar el Parque Natural del Cap de Creus?

Foto: Ponç Feliu

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